Techos icónicos de cristal .

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Durante el siglo XIX se extendió por Europa una moda arquitectónica que pronto caló en las principales capitales: la de las galerías comerciales cubiertas. Es decir, calles con establecimientos protegidos por techos de cristal. Posiblemente fueron las antecesoras de los modernos almacenes, y se convirtieron en símbolos de esplendor donde se asentaron las firmas más cotizadas del mercado internacional. Las de Londres, Bruselas, Milán, San Petersburgo y hasta Valladolid, siguen teniendo un encanto indiscutible y una enorme utilidad social.

 

Adaptar el modelo Estambul en la Europa Occidental del siglo XIX fue todo un éxito. Claro que los arquitectos sustituyeron las viejas y oscuras arcadas turcas por techos de cristal sobre estructuras metálicas que permitían la entrada de luz natural sobre los comercios. Estos carecían del tipismo de los orientales, porque la iniciativa original estaba enfocada hacia una clientela muy selecta, llegando a recibir, como en el caso de Bruselas, el apelativo de reales.

Posiblemente las galerías más antiguas de la Europa Occidental sean las denominadas Burlington Arcade, de Londres, que se inauguraron en 1819 gracias a Lord George Cavendish, un nombre que tiene un innegable peso social en el Reino Unido de las últimas centurias. Cavendish tenía un terreno en el centro de la city al que los vecinos había convertido en un estercolero. Para acabar con aquella inmundicia decidió hacer un mercado de unas características fuera de lo común.

De estas galerías lo mismo parte el Tour de France que se organizan homenajes a la icónica actriz Audrey Hepburn y al emblemático cantautor Jacques Brel, ambos belgas ilustres. 

Las Galerías Victor Manuel II no pueden estar mejor situadas: en el centro de Milán, entre las plazas del Duomo y de la Scala. ¿Cabe un emplazamiento con mejor pedigrí? Tienen forma de cruz y la nave central una longitud de 196 metros. Próximo a la Scala se sitúa el Palacio Marino, una de las construcciones más bellas de la ciudad. 

La Galería Umberto I, ya en Nápoles, tardó tres años en quedar finalizada. Se inauguró en 1891 con una asombrosa fachada principal que da a la Via San Carlo.

Son mundos acristalados que marcaron un estilo arquitectónico y que en algunas ciudades vuelven a resurgir esperando que la Historia les acompañe. 

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  • Carlo Importaciones
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